La Fiscalía de Álava pide dos años y medio de cárcel para un hombre y una mujer acusados de coaccionar desde 2011 a una pareja de vecinos suyos, a los que han volcado heces en el felpudo y en el buzón, han dañado su coche y su moto, los han seguido por la calle y les han llamado a horas intempestivas.
Según la calificación fiscal, los acusados, un hombre de 50 años y una mujer de 47 residen en el piso inmediatamente inferior al de la pareja acosada, en un piso de Vitoria.
El fiscal considera que, desde 2011 hasta ahora, los procesados han atacado los bienes de esta pareja y les han intimidado hasta el punto de que les ha generado una situación «emocionalmente insostenible», lo que les ha llevado a modificar sus costumbres y a ver condicionada su libertad. Ya en abril de 2011 un juzgado de Vitoria les condenó por conductas similares, ya que entonces volcaron cubos de basura en el felpudo de estos vecinos, sentencia que fue ratificada por la Audiencia de Álava.
En septiembre de ese mismo año también fueron condenados por proferir injurias contra ellos y en noviembre de 2012 se les privó del uso de su vivienda durante un mes por este tipo de hechos, fallos que fueron ratificados asimismo por la Audiencia. Sin embargo, según el fiscal estas condenas no han hecho cambiar la actitud de los acusados, que han seguido causando daños de manera reiterada en el buzón de sus vecinos, en el que han metido basura, y han tenido que repararlo hasta que finalmente lo han quitado. También les han causado múltiples desperfectos en su vehículo, por lo que decidieron dejar de aparcarlo en su garaje y estacionarlo en otro aparcamiento cercano.
No obstante, los acusados les siguieron y descubrieron la nueva ubicación, por lo que optaron por volver a cambiar por tercera vez de lugar de aparcamiento. Además, tienen una motocicleta que no cambiaron de garaje y le hicieron un corte en la rueda delantera.
Junto a los ataques a bienes, han sufrido según el ministerio fiscal «infinidad de acosos personales», ya que les llamaban continuamente al portero automático, lo que obligó a los denunciantes a desconectar el telefonillo de su vivienda. Posteriormente los acusados comenzaron a llamar al timbre de la puerta principal de la vivienda, lo que llevó a las víctimas a colocar una cámara en el descansillo. Además, la mujer llamaba al teléfono fijo de la vivienda y al móvil de uno de los miembros de la pareja a horas intempestivas y, cuando se encontraba con su vecina en el portal adoptaba actitudes desafiantes y llegó a seguirla por la calle. Todo esto ha generado una actitud de temor y desasosiego en la pareja, que ha visto «destruida su tranquilidad personal y familiar».
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito continuado de coacciones y pide 30 meses de prisión para los acusados. También solicita que se les prohíba acercarse a menos de 200 metros de ellos ni comunicarse por ningún medio durante un año, además de pagarles 3.000 en concepto de daños morales. El juicio por estos hechos se celebrará la próxima semana en un juzgado de Vitoria.