El Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid, ha acordado el archivo de la causa contra la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, por un supuesto delito de desobediencia a la autoridad por el incidente de tráfico que protagonizó con unos agentes de movilidad. Así pues, tras la investigación de los hechos el juez no aprecia indicios de delito o falta.
Cuatro meses después de que la Audiencia Provincial de Madrid le conminara a la apertura de diligencias previas contra Aguirre, el juez Carlos Valle archiva de nuevo el proceso por el incidente de tráfico que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid protagonizó en abril con unos agentes de movilidad en pleno centro de la capital.
El titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid ha practicado diligencias de oficio y pedidas por las partes, ha celebrado careos para tratar de aclarar contradicciones, ha visionado la grabación del incidente y ha tomado declaración como imputada a la ex presidenta. El fiscal, que en un informe presentado la semana pasada insistió en que no hay indicios de delito, sostiene que sí hay falta.
El auto, fechado a 19 de enero, recoge que no ha quedado «suficientemente acreditada la desobediencia y las lesiones por imprudencia». Tampoco ve que sean «constitutivos de infracción penal» los daños de la motocicleta de uno de los agentes. El instructor no aprecia pues ni delito ni falta.
La decisión del magistrado podrá ser recurrida ante la Audiencia Provincial pero, al menos por el momento, despeja el horizonte judicial de la ex presidenta del Gobierno madrileño, que se ha ofrecido al PP para ser candidata a la Alcaldía de Madrid en las elecciones del próximo 24 de mayo.
La investigación determina al juez a descartar incluso la falta de desobediencia por la que inició el procedimiento en mayo de 2014, nada más recibir un atestado de la Policía Nacional con la denuncia de dos agentes de movilidad.
Según el cual, Aguirre dejó aparcado indebidamente su vehículo en el carril-bus de la Plaza de El Callao, de Madrid, para ir a sacar dinero de un cajero automático. Al volver se encontró a los agentes redactando la correspondiente denuncia y, cuando uno de ellos le pidió la documentación del coche, ella respondió «¿Qué pasa? ¿Bronquita y denuncia? Venís a por mí porque soy famosa. Tienes la placa. Denuncia al vehículo».
Aguirre se marchó del lugar pese a que uno de los agentes le insistió en que no podría hacerlo porque no habían terminado la correspondiente denuncia. Este agente sostiene que resultó lesionado cuando Aguirre aceleró, golpeando una de las motos de los policías, que cayó al suelo. Según los denunciantes, siguieron a Aguirre hasta su domicilio con las señales acústicas y luminosas activadas, y a ellos se unieron dos policías municipales que habían presenciado los hechos.
Aguirre, por el contrario, asegura que, tras entregar la documentación, preguntó si se podía marchar y los agentes le dijeron que no. Ante su malestar, uno de ellos le habría contestado: «Si tiene algún problema con el procedimiento llame a su amiga Ana Botella». Fue entonces cuando decidió marcharse, diciéndoles que «si necesitan algo más saben dónde vivo y tienen la matrícula». Aguirre dijo no ser consciente de que los agentes la seguían.
Las diligencias practicadas no han corroborado la versión de los agentes de movilidad en aspectos sustanciales. Así, uno de los municipales declaró que los denunciantes no llevaban activadas las señales acústicas y luminosas. El médico forense que examinó al agente lesionado concluyó que «no constan signos objetivos de lesión», descartando cualquier relación de causalidad entre la alegada lesión y la actuación de Aguirre. Los policías nacionales que recibieron la denuncia negaron que el agente de movilidad les entregara un parte de lesiones, como éste sostuvo inicialmente, aunque luego se retractó.